Talles chicos, anorexia y auge de cirugías estéticas

La tiranía de la imagen tiene secuaces que sostienen su doctrina. Lo son las colas perfectas que se atrincheraron en los shows televisivos como imagen corporal modelo, aunque imposible de alcanzar. Lo son las publicidades que borran los límites entre la vida light y los riesgos para la salud. Y lo son los comercios que venden talles esqueléticos y terminan provocando una visión distorsionada de la silueta que devuelve el espejo.

SDLqSomos parte de una cultura Barbie, de la era del hombre light, de una sociedad cuyos mandatos nos imponen ser eternamente jóvenes y exitosos: no importa si eso se paga con la vida", dice Marcelo Bregua, coordinador de la Asociación de Lucha contra la Bulimia y la Anorexia (ALUBA). "Cuando alguien entiende que para ser amado debe tener tal cuerpo o tal marca de ropa, aparece una búsqueda desesperada del cuerpo ideal. Si esto se convierte en obsesión puede derivar en una compulsión por las cirugías estéticas o en trastornos alimentarios como la bulimia, la anorexia o adicciones: todos trastornos que pueden llevar a la muerte", agrega.

Jorge Patané, presidente de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires, analiza: "Antes prevalecía el ser antes que el parecer, en cambio hoy las relaciones humanas son más transitorias y fugaces y en ellas, lo importante es lo que se ve. Esto implica, por un lado, el deseo de acercarse a ciertos arquetipos mediáticos y por otro, parecer eternamente jóvenes para no perder ventajas en el terreno laboral en donde la apariencia manda tanto como la idoneidad". La psicóloga Irene Meler, coincide: "En una cultura competitiva y narcisista, se sacrifica el cuerpo sensible por la estatua de bronce: se sacrifica lo que se siente a costa de lo que se muestra a los ojos del otro".

En la Provincia de Buenos Aires rige, desde 2005, la ley 12.665, más conocida como "Ley de Talles": una norma que obliga a los comerciantes a ofrecer prendas de todos los tamaños. Sin embargo, a fines de 2007, la Fundación Mujeres en Igualdad detectó que muchos comercios de Buenos Aires no venden talles mayores al 42. "Hoy las chicas tienen que optar entre ropa para raquíticas o, si quieren talles más grandes, ropa para señoras. Cuando el 'para vos no hay' se hace frecuente, puede aparecer lo que se conoce como dismorfofobia, es decir, alguien que va rechazando su propia imagen hasta que le genera fobia", explicó María Luisa Rijana, cirujana estética y presidenta de la Asociación Argentina de Clínicas Estéticas.

"En vez de que la persona adapte la ropa a su cuerpo, termina queriendo adaptar su cuerpo a la ropa en la que entra. Esas personas son las que suelen terminar en un consultorio pidiendo que le saquen grasa de donde sea y, si no caen en manos de un profesional serio que marque límites, caen desplomadas", agrega. Según datos de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica, Argentina está quinta entre los países que más cirugías estéticas practican. Por lo barato que resulta, nuestro país es la meca del "turismo estético": las cirugías subieron un 230 % en los últimos siete años.

"Sucede que las publicidades y los shows televisivos hacen perdurar estas conductas: quienes ven esos cuerpos como modelo de éxito entienden que cuando pretenden alcanzarlos, van por el camino correcto", dice Bregua. Hugo Pisanelli, presidente de Psicólogos y Psiquiatras de Buenos Aires, es más tajante: "La oferta va modelando lo que las personas empiezan a desear". Pero esta obsesión tiene riesgos derivados de la automedicación y el consumo abusivo de adelgazantes. Dice Bregua: "Quieren hacerse cirugías, así sea en clínicas truchas, o consumen productos que salen en la televisión sin respaldo médico. La presión es tal que pueden terminar en conductas autodestructivas".

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http://www.clarin.com/diario/2008/06/27/sociedad/s-01702851.htm