Detectan un aumento de enfermedades psicológicas relacionadas con el cabello.

Madrid, mayo de 2010.- “Preocupante” es, según el Dr. Juan Ruiz Alconero, Director Médico de Corporación Capilar, el aumento (entre un 13 y un 20%) de las patologías relacionadas con el cabello y cuyo origen se encuentra en diversos problemas psicológicos, derivados, en la mayoría de los casos, del estrés.

Por primera vez, se vincula cabello con desórdenes psicológicos más allá de la mera caída, causados, según la opinión de Corporación Capilar, por el incremento de estrés. La actual coyuntura económica aparece como un claro desencadenante en pacientes con predisposición.

Hasta la fecha, se había relacionado la apariencia física, el ánimo de sentirse bello con diversos mecanismos mentales, sin embargo, este dato, proveniente de una clínica con amplia experiencia, hace hincapié en la relación entre dos factores: cabello y problemas de índole diaria, que desencadenan en estrés psicológico.

Todos estos datos se incluirán en un informe, el primero de una serie de ellos que se irán desarrollando en las clínicas de Corporación Capilar (Madrid, Parquesur -Leganés-, Barcelona y Sevilla) a lo largo de los próximos años, con la intención de estar preparado de cara a nuevas enfermedades, cuyo origen, hasta ahora, no se tenía en cuenta en espacios dedicados a la belleza.

El equipo del Dr. Ruiz Alconero lleva estudiando estas conductas desde hace un año, cuando empezaron a notar el aumento de enfermedades como la tricotilomanía o la dismorfofobia. Lo que eran casos aislados, han pasado a ser ahora relativamente habituales.

De esta manera, clínicas como Corporación Capilar, se convierten en el origen del descubrimiento y, en consecuencia, correcto diagnóstico de estos desórdenes. El conocimiento de los mismos es garantía de un apropiado tratamiento.

Enfermedades capilares de origen psicológico

La relación entre la psicología y el cabello estaba íntimamente ligada, hasta ahora, a la caída de éste de forma prematura y abundante (lo que se denomina efluvio telegénico) en estados de ansiedad, depresión o nerviosismo. Sin embargo, nuevas enfermedades han aparecido, todas ellas originadas desde la mente y con destino el cabello.

Los expertos apuntan al incremento del estrés y la ansiedad. De una muestra de unos mil pacientes tratados en las cuatro clínicas de Corporación Capilar, entre el 13 y el 20% tiene alguna relación con este tipo de patología. La principal y más importante de todas ellas es la:

- Dismorfofobia: el paciente no sufre ningún problema real, sino que tiene una fijación obsesiva por su pelo, creyendo que su calidad y número es menor del real. Por ello, pasa mucho tiempo mirándose en el espejo, preguntando por él a amigos o familiares y acudiendo a especialistas buscando un remedio. Se suele dar en personas pertenecientes a un alto nivel social, son inteligentes y racionales, excepto cuando se trata el tema del pelo, por lo que se convierten en irascibles. Es un defecto que genera angustia y que, a su vez, puede llevar a una depresión, hecho que provoca una caída real del pelo (efluvio), agravando, así, el problema psicológico.

Menos frecuentes son otros trastornos como la Tricotilomanía, en la que el paciente siente una necesidad compulsiva de arrancarse el pelo, un hecho al que se llega por un incremento claro de la ansiedad. Curiosamente, esto se lleva a cabo en ambientes relajados y tranquilos. La tricotemnomanía (irresistible deseo de cortarse el pelo), la Tricoteiromanía (cepillado compulsivo, con lesiones muy características) o el delirio de infestación parasitaria o síndrome de Ekbon, aquel según el cual el paciente cree estar infectado por parásitos, son otras de las enfermedades que están ocupando su espacio en la actualidad.

Aunque, hasta la fecha, se relacionaba con múltiples situaciones, había dos focos: familias obsesivas o grupos de amistades controladoras, por una parte; y patologías de base, como depresión o estados de ansiedad.

Sin embargo, los datos de Corporación Capilar, van más allá e identifica ciertas actitudes, antes consideradas como simples “manías” y ahora elevadas al rango de enfermedades. Los pacientes apuntan a problemas exógenos, relacionados con su situación actual.

Sexo y edad

Hasta ahora, se habían identificado dos picos de inicio de problemas relacionados con el cabello: en la adolescencia, más concretamente entre los 9 y 12 años, y en la edad media (alrededor de 30-35 años). El delirio por infestación por parásitos se da claramente en mujeres de edad avanzada.

Sin embargo, la tendencia en las enfermedades arriba descritas marca una franja en torno a la edad adulta, debido a las causas antes mencionadas: escasez de trabajo, falta de reconocimiento social, problemas en el seno familiar derivados de asuntos económicos, etc.

En cuanto al sexo, también hay una leve variante respecto a observaciones anteriores a este informe: a medida que el paciente entraba en la edad adulta, estas enfermedades de origen psicológico se hacían algo más frecuentes en mujeres, sin embargo, en el último año, el número de hombres afectados ha ido en aumento.

En el caso de la adolescencia, continúa la tendencia tradicional: son independientes del sexo, se dan tanto en hombres como en mujeres.

Tratamiento

En este tipo de enfermedades, lo complicado no es el tratamiento, sino el diagnóstico, por ello, el Dr. Ruiz Alconero, director del estudio de Corporación Capilar, insiste: “en manos de un médico de poca experiencia en estas patologías, el problema se agrava, puesto que puede llevar a la frustración a ambos, ya que son pacientes a los que hay que saber entender, nunca negando su problema, sino enfocándolo de una manera determinada”.

Para su correcto diagnóstico, el médico debe estar atento a dos factores: lesiones características y, sobre todo, señales clave en la entrevista médica con el paciente, ya que, en numerosos casos, las primeras son inexistentes.

El médico encargado tiene que poseer el suficiente conocimiento para saber diagnosticar enfermedades así, puesto que ha de llevar el caso con especial “mano izquierda”, debido a que la mayoría de estos pacientes no son conscientes de la causa psicológica del problema o la ocultan.

Una vez encauzado el caso, la solución es meramente farmacológica, en muchos casos, de fácil solución. En numerosas ocasiones, el diagnóstico precoz impide severos tratamientos y derivaciones al psicólogo.

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